Democracia mexicana; absolución para los amigos y condena para los enemigos.

En palabras del doctor Lorenzo Meyer, “el sistema contiene un buen número de elementos democráticos, pero pervive en él la esencia de la herencia autoritaria”1.

Isabela Velasco Pons
Licenciada en Relaciones Internacionales, EXATEC

El principio fundamental en el que se basó la Revolución Mexicana fue la creación de una democracia, la eliminación de los privilegios para un grupo selecto de personas y el apoyo al pueblo mexicano serían la bandera de este movimiento, sin embargo, la realidad que permea en la sociedad mexicana hoy día es bastante distinta a la expuesta por Francisco I. Madero en 1910. En palabras del doctor Lorenzo Meyer, “el sistema contiene un buen número de elementos democráticos, pero pervive en él la esencia de la herencia autoritaria”1.

Por un lado, la entrada del modelo neoliberal en el año 1982, en el sexenio de Miguel De la Madrid, permitió a México sustituir el proteccionismo nacional por una economía de mercado abierto, esto significó la entrada de inversión extranjera y el intercambio de bienes a nivel internacional cuyo único propósito fue estabilizar la economía mexicana; por otro lado, la imposición del modelo capitalista afectó de manera directa a la clase trabajadora del país, siendo esta la base de la pirámide social; la enorme brecha entre los distintos grupos sociales se refleja en la intención de voto de los gobernados, ya que los resentimientos de uno y los beneficios de otro, son constantemente utilizados como campaña y propuestas por los distintos partidos políticos.

En el año 2000, se le presentó a México la oportunidad de terminar con el régimen autoritario impuesto por el partido hegemónico creado en 1929; el PNR, hoy día, el PRI; a través del candidato del PAN, Vicente Fox, apoyado por un populismo nacionalista y un inmenso rechazo al gobierno actual, logró la primera alternancia del poder ejecutivo proponiendo una lucha contra la corrupción y el sistema actual, no obstante, los resultados fueron similares a los de los gobiernos anteriores. Los doce años del gobierno panista, sin éxito alguno en materia de cambio, solo lograron aumentar la impunidad con Fox y la inseguridad, producto de una guerra fallida, con Felipe Calderón. La mala implementación de las políticas públicas panistas culminaron con el regreso del PRI en el 2012 con Enrique Peña Nieto, la democracia demostraba ser, nuevamente, autoritaria.

La Casa Blanca, Odebretch, Ayotzinapa, Javier Duarte y la Estafa Maestra, fueron el resultado de la impunidad y corrupción tan característica de la admimistración de Peña Nieto, donde “El Nuevo PRI” fue el beneficiario directo y nuevamente, el castigado fue como siempre, el pueblo mexicano. El rechazo hacia el gobernante incrementó, como era de esperarse, dando como resultado algo nunca antes visto por el régimen, la inclusión formal de un militante no formado en las filas del partido y con tendencias apartidistas; José Antonio Meade, candidato presidencial para el 2018 por el PRI.

Tras las constantes rupturas internas y fallas en la administración, el pueblo y la oposición se ven en la necesidad de buscar a un candidato que defienda la democracia y los intereses de los hasta ahora, enemigos del sistema y reprimidos sociales; Andrés Manuel Lopez Obrador. Sus principales críticas y constantes ataques a la inequidad de la distribución de la riqueza en la sociedad mexicana (con base en datos del Coneval, del total de la población mexicana el 46.2% vive en pobreza y el 7.6% en pobreza extrema2) y constante repudio a la corrupción, lo convierten en el candidato de mayor aprobación, según encuestas, para salvaguardar la democracia mexicana y terminar con el autoritarismo.

Es insensato creer que en México la democracia funciona de manera óptima teniendo una desigualdad, tanto económica como social, tan marcada en la sociedad; los mexicanos están cansados de las constantes fallas gubernamentales (violencia, inseguridad, corrupción e impunidad) y demandan un cambio que les asegure una vida digna. La democracia autoritaria deber ser sustituida por una democracia funcional e incluyente que asegure la participación y bienestar de todos los mexicanos.


1. Lorenzo Meyer. (2013). Nuestra Tragedia Persistente. Ciudad de México: DEBATE.

2. Fernando Luna. (2017). México tiene 53.4 millones de pobres. 30/08/2017, de FORBES Sitio web:https://www.forbes.com.mx/mexico-tiene-53-4-millones-de-pobres/

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